Las fugas de agua pueden originarse por la rotura de una tubería o un mal sellado. Cuando pasa, el agua pierde presión y puede haber problemas en su suministro.
Pero no es lo único. Cuando el agua sale por accidente de las tuberías puede causar humedad y daños en las paredes o suelo, lo que genera gastos de reparación. Incluso puede llegar a afectar al sistema de calefacción, por lo que no podrás usarlo hasta solucionar la fuga.